Autores:
Antonio Sáiz Morón y Rocío Rodríguez Piedra
Tutor:
Prof. Dr. Agustín Reoyo Jiménez
|
INTRODUCCIÓN:
|
Entre 1840 y 1900 se escribieron 100 artículos sobre el uso de la
marihuana en terapéutica. Hoy, la historia de 5000 años de uso del
cannabis en medicina está casi olvidada debido al declinar que ha
sufrido en el siglo XX. La ley de la marihuana de 1937 en Estados
Unidos, diseñada para prevenir su uso recreativo, hizo que el cannabis
empezara a ser muy difícil de obtener para usos médicos. Actualmente,
está en la lista 1 de drogas (que incluye las potencialmente adictivas
y sin uso médico), aunque las peticiones en 1972 de incluirla en la
lista 2 (drogas potencialmente adictivas pero con uso médico aceptado)
derivó en largos procesos legales que condujeron en 1988 al juez de la
administración de la DEA a declarar que cumplía los requisitos legales
exigidos para su uso en medicina. Su orden de transferirla a la lista 2
fue ignorada por la administración, y, desde entonces, hay 10 estados
que establecieron sus propias normas respecto a la investigación y
múltiples organizaciones (Sociedad Médica para el Cuidado del SIDA,
American Medical Association o AMA, Food and Drug Administration o
FDA,...) que luchan por avanzar en las investigaciones sin que el
estigma social les influya. En Junio de 1991 el Servicio Público de
Salud (PHS) anunció que los programas se suspendían porque chocaban con
la oposición de la Administración al uso de drogas ilegales. |
La planta de la marihuana contiene 66 cannabinoides (o principios
activos), de los cuales, el principal es el d-9-tetrahidrocannabinol
(comúnmente conocido como THC). El THC está disponible en algunos
estados de Norteamérica (como Arizona y California) bajo prescripción
médica como dronabinol (Marinol®). El uso de marihuana pura como
medicina podría hacerse fumándola o preparándola en infusión, pero no
está permitido su uso médico en prácticamente ningún sitio (14, 15). |
La investigación sobre el d-9-THC, (1, 2), ha permitido el
descubrimiento de receptores cannabinoides endógenos, y, más
recientemente, del derivado lipídico anandamida y del 2-araquidonil
glicerol, que se cree representan los ligandos endógenos de dichos
receptores. Se han descrito por ahora 2 receptores cannabinoides (24):
el CB1 (presente en SNC y algunos órganos periféricos) y el CB2
(presente solamente en células del sistema inmune de la periferia).
Actualmente se piensa que los efectos del THC y otros cannabinoides
estarían mediados por el receptor CB1, pero podría ocurrir que algunos
de esos efectos estuviera mediado por acciones a nivel de otros
receptores no descubiertos todavía. |
Las ventajas terapéuticas atribuidas al cannabis por los investigadores son:
Es la menos tóxica de las drogas ilícitas con potencial terapéutico
Tiene un amplio margen de aplicación curativa
Actúa de modo distinto a otras drogas
Puede combinarse de un modo seguro con cualquier medicación
|
Revisada la bibliografía, las patologías para las que el uso del
cannabis está más estudiado son: glaucoma, (10, 11), efectos
secundarios de la quimioterapia (náuseas y pérdida del apetito), (3,
7), epilepsia y espasmos, (12, 13), anorexia y depresión, dolor de
variada etiología, (1, 2), y dependencia a opiáceos y alcohol. |
Los efectos inmediatos que se le atribuyen al cannabis cuando es fumado
en forma de marihuana son: sequedad de boca, dilatación de pupilas,
ligera taquicardia, posible hipotensión, hipoglucemia, euforia,
momentánea confusión mental, sensación de hambre y desinhibición. Todos
ellos remiten a los pocos instantes y ninguno es irreversible. |
Los efectos adversos más comúnmente comentados son:
en SNC, en consumo a corto y largo plazo, tanto fumado como en su forma
oral: distorsión de la realidad, euforia, disforia, alteraciones en la
coordinación y concentración y psicosis.
en aparato cardiovascular: taquicardia e hipotensión.
en aparato respiratorio, en consumos de larga duración: infecciones en
inmunodeprimidos, disminución de la conductancia, aumento de la
resistencia de las vías aéreas, daño en el DNA de macrófagos alveolares
y supresión de su utilidad antiherpética.
alteración del sistema inmune y otros sistemas bioquímicos.
en el embarazo, en exposiciones a largo plazo: bajo peso al nacimiento,
alteraciones neurológicas, alteraciones del sueño y problemas de
comportamiento, lenguaje, memoria y atención.
la dependencia física nunca ha sido demostrada.
|
OBJETIVOS:
Analizar
el número y características de los estudios clínicos y artículos sobre
la aplicación del cannabis en la terapéutica aparecidos en las revistas
científicas de mayor impacto entre los años 1995 y 1999 (ambos
inclusive).
Describir el mecanismo de
acción del cannabis, sus efectos adversos y el potencial efecto
terapéutico en las siguientes aplicaciones: náusea asociada a
quimioterapia, estimulación del apetito, glaucoma y esclerosis múltiple.
Determinar las dificultades existentes para la realización de estudios relacionados con el uso del cannabis en medicina.
|
Siguiente |